Francia venció a Irlanda (2-1) y lo eliminó en los octavos de final de la Eurocopa. El equipo de O’Neill buscaba revancha, luego de aquel polémico encuentro siete años atrás que los dejó afuera del Mundial de Sudáfrica. Aquella mano clara de Henry que terminó en el gol de Gallas.
Los irlandeses comenzaron ganando con gol de penal de Brady, a los dos minutos de la primera parte, y defendieron la ventaja con una gran actuación; pero en el complemento los locales aceitaron la maquinaria y lo dieron vuelta con jerarquía. Un doblete del fantástico Antoine Griezmann.
Los hechos fueron más o menos así. Pelota al área de Francia, un rebote que le quedó a Long, el nueve que cubrió, inteligentemente, el balón, imprudencia de Pogba que con torpeza embistió desde atrás al delantero irlandés y Nicola Rizzoli marcó penal. Esta secuencia sucedió antes del minuto de juego y cambió desde el inicio el panorama para ambos equipos. Robbie Brady se hizo cargo de la ejecución y su remate de zurda ingresó al arco tras dar en la base del palo izquierdo de Lloris, que se había jugado hacia el otro lado. 0-1 y la ardua tarea para Francia de revertir la situación, ante su gente, en Lyon.
El tiempo pasaba y los locales no detectaban cómo penetrar el esquema férreo propuesto por Irlanda, con una línea de cuatro defensores y otra de cinco mediocampistas por delante. Los irlandeses se acomodaron mejor en el partido, ayudados por el marcador a favor, claro. Cubrieron todos los huecos en su campo para que los ataques galos no prosperaran y ajustaron marcas.
Pogba era vigilado de cerca por algún volante interno. Payet no tenía la libertad para crear por izquierda, porque le robaban los espacios. Giroud y Griezmann estaban muy bien contenidos en ofensiva por la formidable tarea de los centrales Keogh y Duffy. Las únicas aproximaciones fueron a través de pelotas paradas, que Randolph controló sin inconvenientes.
Para el complemento Deschamps tomó la arriesgada, pero necesaria decisión de sacar a Kanté, amonestado, y poner a Coman. De esta manera se quedaba sin un volante central abocado a la contención, y cubría ese espacio con el retroceso de Matuidi, cuando la situación lo requería.
Con el ingreso del jugador del Bayern Munich, el técnico francés buscaba abrir el juego para terminar con centros a sus delanteros, ya que Irlanda había bloqueado totalmente el juego por el centro. Desde el inicio de la segunda mitad Francia tomó otra postura. A los pocos minutos anunciaba lo que iba a suceder. Payet lanzó un tiro libre desde la izquierda que peinó Pogba en el punto del penal y casi capitaliza Koscielny en el segundo palo.
Minuto 57. Sagna recibió por derecha en ataque. Controló y sacó un centro perfecto. Griezmann, sin marca, cabeceó de manera magistral para estampar el empate.
Minuto 61. Pelotazo de Rami. Giroud arrastró a los dos centrales y ganó muy bien arriba entre ambos. Quedó el espacio liberado para que el delantero del Atlético de Madrid definiera cara a cara ante el arquero del West Ham. Nadie llegó a cerrar y el remate cruzado de zurda se transformó en el 2-1.
Apenas cuatro minutos tardó en derrumbarse el castillo que había construido Irlanda durante una hora, con tanto esfuerzo y dedicación. El escenario empeoró para los isleños cuando Duffy fue expulsado tras derribar a Griezmann, que se preparaba para marcar el tercer tanto. O’Neill sacó a McClean y puso a O’Shea para rearmar la línea de cuatro atrás.
El empate parecía cada vez más lejano. La desorganización de Irlanda para aproximarse a Lloris provocaba enormes huecos en el fondo. Gignac, que había ingresado por Giroud, tuvo una muy clara que dio en el travesaño y un mano a mano que tapó Randolph.
También Payet pudo haber hecho el tercero, pero no concretó. Todo el trabajo del primer tiempo de los hombres de la visita se desdibujó en el complemento. No pudo sostener a una enorme potencia como Francia, que cuando se enciende marca la diferencia. Los de Deschamps irán frente al ganador de Inglaterra-Islandia, en cuartos de final.
Irlanda tuvo la posibilidad de vengarse de aquella injusta derrota en el repechaje para el Mundial 2010, cuando Henry la bajó claramente con la mano para servirle el gol a Gallas, que ingresaba por el medio. La espina de aquel día en Saint-Denis seguirá clavada en los corazones verdes, que con la derrota de esta tarde deberán armar las valijas, volverse a casa y mirar los cuartos de final de la Eurocopa por televisión.
🧑💻 Juani Guillem
🗓️ (26/06/2016)